Este post marca el punto de partida de nuestros artículos clasificados en la categoría de viajes de ocio. Este recorrido comienza en la costa oeste de Irlanda, concretamente, en una ciudad llamada Galway.
¿Habéis visitado esta ciudad de la costa irlandesa? Si todavía no habéis visitado Galway os invito a que preparéis una escapada con vuestra familia o amigos. Seguro que os sorprende porque tiene un encanto especial que atrapa, en el buen sentido de la palabra. Esconde rincones espectaculares e interesantes historias, que relacionan a los españoles con esta ciudad.
Fue un destino muy frecuentado por barcos españoles en los siglos XV y XVI. Allí, comerciaban con alimentos y bebidas, fundamentalmente con vino y salmón. Este puerto llegó a convertirse en uno de los más importantes de las islas británicas durante el siglo XVI. La coyuntura histórica del momento propició una interesante relación de cooperación entre España e Irlanda.
De hecho, en el antiguo muelle, justo delante del Spanish Parade, aún se conserva algún arco, que se denomina Spanish Arch. Como escribió el viajero escocés Robert Graham «todo en esta ciudad tiene un aire a España». No obstante, la cultura de esta región siempre está presente. Sus calles son acogedoras y coloridas.
En cualquier rincón puedes encontrar una típica cervecería irlandesa para tomar una auténtica pinta de Guinnes. Incluso, si tienes suerte, puedes verte inmerso en una típica fiesta irlandesa. Es decir, rodeado de auténticos irlandeses que, mientras tocan canciones populares de folclore, golpean contra las mesas sus gigantes jarras de cerveza al compás de la música. Es una experiencia única y bastante divertida que recomiendo vivir personalmente.
Espero que podáis disfrutar de alguna velada como esta, si decidís viajar a este país. No os recomiendo ningún local en particular, porque hay muchas y cualquier cervecería de Galway merece la pena visitarla.
Hoy nuestro viaje por tierras irlandesas se detiene en este punto, pero, próximamente, ampliaré la información de Galway y descubriréis apasionantes rincones de esta ciudad. Si decidís volar hasta esta mágica ciudad no olvidéis el chubasquero, ya que la lluvia y el aire es parte del encanto de Irlanda.
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